Andaba, buscando

Y un buen dia se puso a andar. Sin saber por que. Sin saber a donde. Sin tan siquiera plantearselo. Sonreia, eso era lo unico que sabia, era lo unico necesario. Y atras fueron quedando los lugares que llenaban sus dias, su calle, su barrio, la familiaridad que le provocaba tanto asco. Mas alla de las urbanicaciones en construccion, mas alla de los descampados. Sintiendose mas libre a cada paso. Cuando empezo a oscurecer de la ciudad ya solo quedaba el resplandor en el cielo y la perenne nube de los malos humos y humos malos. Cayo la noche de repente, como trastabillada. Y siguio andando. No notaba el cansancio, solo sentia la frescura de la brisa en la cara que le preguntaba porque no se habia puesto la chaqueta del chandal y unos calcetines un poco mas gordos. Claro que por no ponerse no se habia puesto ni bragas.

Nunca antes habia llegado tan lejos, nunca antes se atrevio a seguir caminando.

Recibio con entusiasmo el alba, agradecio emocionada al sol sus primeros rayos. Seguia andando. Ya sin los tacones de los zapatos, los nuevos, los que todavia no se habia ni comprado. No importaba. Ya nada importaba.

Pasaron varios dias hasta que el horizonte se hizo grisaceo, lineal y grisaceo. Como la vida misma, penso, todavia sin saber que haria cuando sus pies se encontraran cara a cara con el gran oceano charco. El olor salado del mar la hizo acelerar el paso.

Y llego. Y aunque hacia años desde questuvo alli encontro el camino. Bajo a la playa. Y tras los ojos llorosos vio lo que andaba buscando. En el mismo sitio. Noto que ralentizaba el paso. Hasta encontrarse a su lado. Tal como lo habia imaginado, tal como lo habia dejado aquella noche, aquel verano. Con diecisiete años.


-"Follame", dijo.


-"Me has planchado la camisa?!" la voz ronca de su marido la desperto de un fogonazo.




Y un dia se puso a andar... y ya sabia por que... y se puso la chaqueta del chandal y unos calcetines mas gordos...

... pero no las bragas.

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