Hay dias en los que no consigo salir de mi asombro. Por no salir no salgo ni a comprar el pan. Me quedo en casa, imperterrito (y eso que a mi lo de tener animales en casa siempre me ha dado mucha grima), mirando a las manchas de humedad del techo como si fueran dibujos desos de ojo magico.
A veces lucho porque no sea asi, pero otras, las mas, simplemente paso, y cuando mempiezan a picar los ojos destar bizco tanto rato parpadeo asi muy rapido, como las alas dun colibri (bueno, quizas no tan rapido que ya sabes que la vertiginosidad me da pereza, pero tu ya mentiendes).
Hoy es uno desos dias, bueno, hoy es el quinto dia de uno desos dias para ser mas exactos. Presa de mi asombro. Aqui tumbado.
Sin saber todavia muy bien de que se me acusa.
Esperando a mi abogado.
Desesperando.
Ay de mi!
Ahogado.