Como te lo narro

La realidad, a parte de darme miedo, siempre viene luego diciendo que que hay de lo mio y dondesta lo que me toca...?



Hacia diecisiete años que lo habian prejubilado los de la SEAT y el pico que saco hacia casi el mismo tiempo que se quedo en Varadero, cuatro millones seiscientas mil, de las entonces pesetas, de cuando todavia el despido no era gratuito y los corbatas te tenian que huntar por los dos lados para que aceptaras marcharte. Desdentonces, y despues de que Fidel tambien lo echara por abrir un burdel, solo tenia para vivir lo que le habia quedado de pension, o sea, una mierda que no le duraba del lunes al martes y que le llevo muy pronto a la conclusion de que algo tenia que hacer, a convertirse en lo que hoy es, un asesino a sueldo de barrio, con el negocio bien asentado y una clientela fiel que siempre sabia donde encontralo.

El bar del Jesusin, que habia heredado despues de que Jesus, padre todopoderoso, apareciera al fondo de lascalera de la bodega con el craneo abierto justo dondestaria, de ser un globo terraqueo, el circulo polar artico.

De aquello hacia ya casi un año, y aunque todos sospecharon que Jesusin habia contratado a Gerineldo para matar a su padre y quedarse con el bar, la policia no pudo probarlo.

-"Y sin pruebas no hay crimen", le dijo Gerineldo al Chato en pleno delirio etilico tras el tercer gol del Aleti que cantaba el carrusel de la radio.

El Chato, aunque menos borracho, hizo como que no le oia y siguio dando saltos. Asi era Gerineldo, no tenia bastante con ganarse la vida matando gente sino quencima tenia que demostrar lo mucho que sabia de leyes, y es que saprende, vamos si saprende, viendo pelis de Perry Meison y leyendo novelas de Pepe Carvallo.

Ademas del Chato, cuyo nombre real nadie sabia y al que la leyenda tenia que le llamaban asi no porque tuviera grande la nariz, como los nuevos pensaban, sino porque llevaba cuarenta años haciendo el mismo chiste cuando llegaba a la barra:

-"Ponme un chato del chato", refiriendose a la botella de Castillo de Gredos y siempre esperando que alguien dijera algo para soltarles lo de quen frances castillo se dice chato, sabedor de que alli nadie hablaba idiomas y que aunque solo fuera por saber esa palabra ya sabia mas que ninguno y eso le hacia sentirse algo. Claro quen el bar siempre eran los mismos y la poca gracia quel primer dia la tonteria pudo tener despues de cuarenta anios se habia disipado.

Ademas del Chato, decia, y el Jesusin que bastante tenia con ese nombre como para encima ponerle un mote, todos habian sido rebautizados, como en un convento de clausura, despojados de la identidad que les unia al mundo exterior, solo quenvez de sor tal o cual atendian a nombres como el Boceto, el Chalton Geston o el Manolo, quen realidad se llamaba Rufino pero de fino no tenia nada, siendo su barriga descomunal, rebosando cual papada por encima del pantalon del chandal, de ahi lo de Manolo, el del bombo. No le importaba, " pues no llevo yo aqui horas y dinero invertidos...", solia decir.

Incluso Jesus padre, quenpaz descanse, tampoco habia escapado a un sobrenombre, aunque solo los mas asiduos, los ya mimetizados con el mobiliario, se atrevian a llamarselo de vez en cuando, y siempre a la hora de pagar, "Bocanegra, dime que se debe", por lo de los sablazos y tambien por sus dientes alquitranados, ya que como no podia ser de otra manera, el pirata Bocanegra fumaba Ducados.

Estaban aquella maniana tres de los asiduos. Solo el mobiliario, una botella de guisquy del caro y el futbolin llevaban en aquel bar mas años. El futbolin, sin ir mas lejos, era de muñecos de metal y los delanteros centros llevaban una linea blanca pintada en la cabeza, en el lado dondestaba el portero del que parecia ser el Atletico de Madrid se podia leer en una pequeña chapa grabada: "Atletico de Aviacion, campeon..." el resto quedaba oculto tras la capa de roña con la quel paso del tiempo la habia recubierto.

Alli estaban, decia, Manolo, el Boceto y el Charton Geston, cuando entro Gerineldo al bar a tomarse su desayuno habitual, un par de solisombras y una racioncita de callos, lencantaban los callos y nadie los hacia mejor quel Bocanegra y ahora su hijo el Jesusin, que ya simpre seria el Jesusin aunque tuviera cuarentaidos anios.

-"Buenos dias, lo de siempre y un farias" , dijo, tras percatarse questaban todos sentados alrededor de la mesa del rincon oscuro, y no en los taburetes junto a la barra como era el uso. No tenia que ser Colombo para darse cuenta de que alli habia gato encerrado.

-"Que hay Golfinguer", dijo el Boceto, entre sonriendo y enfadado, nunca se sabia con el Boceto, nacio sietemesino y su madre nunca tuvo tiempo de acabarlo, era mas feo quel Fary mirando al sol , mas inexpresivo quel marmol. No le importaba que le llamaran Boceto, creia que era un pintor antiguo, que tenia algo que ver con su oficio, tambien pintor, aunque de brocha gorda y rodillo.

Gerineldo se habia acostumbrado a que le llamaran Golfinguer, le daba un aire de superioridad, lo llamaban como el malo de las peliculas de Lleims Bond, no menos, creia que tenia algo que ver con su profesion de asesino a sueldo, nunca reparo en que ya se lo llamaban antes de irse a Cuba, cuando todavia estaba en la Seat, refiriendose al dedo meñique cuya huña amarillenta conservaba bien crecidita para lo que el llamaba "labores de higiene personal".

-"Dimelo tu, que hay", respondio. Precavido pero sin dejarse amedrentar. A su espalda sono el ping! del microhondas y supo que su desayuno estaba listo y para cuando se dio la vuelta alli estaba Jesusin con la cazuelilla de barro, una segunda copa y media barra de pan.

Procedio a comer haciendose el desinteresado, dando la espalda a la mesa del rincon oscuro, aunque sin quitarle ojo a traves del espejo del reloj del Naranjito, que le miraba desdel otro lado de la barra, riendo de oreja a oreja, como lo habia hecho desde hacia tantos años. Transcurrio el desayuno sin interrupcion y para cuando hubo mojado el ultimo trozo de pan en las ultimas gotas del caldillo de los callos, una nueva voz le volvio a hablar. Esta vez era el Chalton Geston, a Julian Moreno le llamaban Chalton Geston desde que senteraron que fue monosabio en las Ventas. Venia por la pelicula del planeta de los simios, ademas Julian era mas bien canijo y lo mas rubio que tenia eran los dientes, mas Chalton que Geston, por ponerlo de alguna manera.

-"Hace un domino, Golfinguer?", pregunto el susodicho desdel rincon, mirando fijamente al pelo engrasado quen sutiles surcos se adheria a la nuca de Gerineldo.

-"Nos jugamos unas copas", concluyo. Si el que se sentaran en la mesa del rincon a las once y media de la maniana no era suficiente para sospechar, el quencima quisieran jugarse al domino las copas ya era sintoma inequivoco de que algo se traian entre manos. Gerineldo cojio su solisombra, el farias todavia apagado y manejando con soltura y maestria el palillo entre los colmillos, se acerco al rincon oscuro y se sento en la silla vacia entrel bombo de Manolo y el monosabio.

-"Hale pues Jesusin, traete el domino que vamos a empezar a desplumar pollos", dijo mirando a la punta del palillo ensangrentado, con clase, con saber estar, con dos cojones.

-"Sale el seis doble", dijo el Boceto, mas feliz que un cocodrilo en el zoo de Nueva Orleans el dia aquel del diluvio porque le habia tocado ir con el Golfinguer.

-"Hay lo tienes Chalton Geston", dijo Gerineldo procediendo a encenderse el farias y hacerle una seña a Jesusin para que pusiera una nueva ronda.

Procedia la partida con normalidad, Gerineldo y el Boceto apabullando, cerrando a blanca doble, pillando a los contrarios con cantidad, el cinco doble del Manolo ahorcado, era evidente que alli habia gato encerrado.

-"Que se ofrece", concluyo por fin Gerineldo con aquella pantomima de partida, no sin antes haberse tomado otros cuatro soles con sus correspondientes sombras a cuenta del personal.

Callaron todos hasta que por fin el Manolo descansando los brazos cruzados sobre la oronda panza dijo:

-"Es el Chato", y tras una breve pausa dijo, "nos hemos enterado de que ha empezado a aceptar encargos, y los esta cobrando a mitad de precio", dejo de hablar esperando respuesta de Gerineldo, que masticaba el puro pasandoselo de carrillo a carrillo por encima del palillo, como si fuera un juego malabar. Este no dijo nada, su mirada ausente clavada en la puerta del tigre, pensativo, imperterrito, frio como la polla de un necrofilo, nunca sin dejar de saber estar.

-"No se si te has enterado, la semana pasada, los gemelos, los hijos de Lamparo, se rumorea que fue un encargo de la vieja del bajo junto a la merceria, por lo visto no paraban de hacerle perrerias a su Machin, el chucho quencontro abandonado en el portal. Dicen quel Chato los liquido a mitad de precio...", paro de hablar el Chalton Geston, aunque sin parar de juguetear con el pito seis entre los dedos.

-"Hemos pensado que debias saberlo", dijo el Boceto, envalentonado un tanto porque era su pareja.

-"Evidentemente nosotros no sabemos nada", concluyo el Manolo, quitandole el pito seis de las manos y empezando a remover, como si en efecto ellos no supieran nada y alli nada se habia hablado.

Para ser un martes por la maniana el bar de Jesusin estaba especialmente concurrido, a parte de los jugadores de domino en el rincon oscuro, estaba el Anorexico en la barra leyendo el Marca y tomandose un cortadito con medio donus. El Anorexico no bebia y en consecuencia nadie le hablaba, llegaba, se sentaba en el rincon junto al telefono a leer el Marca y se marchaba despues de cinco cafes cortados y cuatro donuts y medio. Estaba esperando una llamada que nunca llegaba, le habia confesado al Jesusin entre taza y taza. Asi seis meses, esperando una llamada. "Sera de su mujer", dedujeron algunos, "tengo entendido que le dejo por un polaco", se oia en la tienda dultramarinos. Pero no, el Anorexico, o Chuchi, como le llamaba la cerda de su mujer, esperaba una llamada Torrespaña para ir a concursar al No te rias que no tiene gracia, y demostrarle al mundo entero que si le dejaban el tambien podia ser un tipo extrovertido y no el muermo que todo el mundo le consideraba, empezando por su mujer... Seguia esperando.
Ademas habian entrado cuatro chavalines a jugar al futbolin, pero no eran del barrio, porque todos sabian quel Jesus padre hacia años que le habia capado y no tenia bolas, eso si, las monedas se las tragaba igual y cuando fueron a preguntar a Jesusin este les dijo, como tantas otras veces, que el no podia hacer nada, que vinieran a reclamar al de la contrata los primeros lunes de mes, asi sin pestaniear,

- "Os pongo algo?" inquirio para zanjar la cuestion.

-"Un par de litros y una de bravas", respondio el mas alto, sin duda el cabecilla, el mas repetidor, sorprendiendo al camarero y haciendo girar las cabezas de los sentados en la mesa.

-"Joder como vienesta juventud", murmuro el Manolo mientras que con el pico del pito doble se arrascaba el ombligo.

- "Se agradece la informacion", dijo Gerineldo tras un largo interludio en el que parecio estar meditando, sabedor de que la unica razon por la que se lo decian era porque todos le debian dinero al Chato.

Nobstante, Gerineldo no podia consentir semejante entrometimiento en su territorio, y encima bajando los precios para romper el mercado, "competencia desleal", se decia para si mismo. Suficiente motivo para matarlo.

Era ya la hora de comer y el Jesusin habia tenido que echar mano de una nueva cuartilla para continuar apuntando consumiciones, alegrados por las copichuelas empezaron a añadir unas raciones de zarajos, unos riñones al jerez y una nueva racion de callos, esta, peticion especial de Gerineldo. Entro y salio mas gente sin quel panorama cambiara un tanto. Jesusin ya empezaba a dudar que le pagaran y el Boceto era consciente de que su unica posibilidad era que cuando la mujer del Serafin acabara de jugarse el sueldo a la maquina les tocara laspecial. Estaba tan hipnotizado por la musiquilla del aparato quen aquella mano se trago el cinco doble y tres seises para acompañarlo.

-"Coño Boceto, espabila que acabamos pringando", dijo Gerineldo apuntandole con el golfinguer antes de arrascarse el timpano.

Fue algo mas tarde, cuando ya las farolas empezaban a cambiar de color como un semajoro, rojo, amarillo y... blanco, cuando se abrio la puerta y aparecio el Chato. Se dirigio a la barra sin percatarse de la mesa del rincon oscuro, mas oscuro ahora en la penumbra del ocaso.

-"Ponme un chato del chato", dijo con la misma sonrisa socarrona del que sabe algo, esperando como siempre que alguie le preguntara sobre lo del chato, pero al ver que una vez mas su humor inteligente era ignorado cambio de opinion y se dirigio de nuevo a Jesusin questaba en la otra esquina de la barra limpiando vasos.

- "Mejor no, mejor me vas a poner un Martini seco desos, pero me lo agitas, no me lo remuevas que si no me da asco". A Jesusin al oir aquello se le cayo un vaso cuyos pedazos, algunos menos de mil, llenaron de estruendo el local y llamaron la atencion de los jugadores de domino hasta aquel entonces ignorantes de la presencia del Chato..

Los cuatro se miraron fijamente sin decir palabra y tras excasos segundos concentraron sus miradas en Gerineldo, que habia a su vez clavado su mirada en el Chato. Con la parsimonia de la camara lenta se levanto Gerineldo de su silla, dejando el farias ya casi extinguido reposando sobrel canto del cenicero Cinzano.

-"Voy a cambiarle el agua al canario", dijo, aunque en vez de al fondo a la derecha, se dirigio lenta y aplomadamente hacia la barra donde sencontraba el Chato despaldas, todavia ignorante de su presencia, removiendo con laceituna ensartada en el palillo su vodka y Martini blanco.

El local, normalmente ruidoso incluso cuando callado, sestremecio con un silencio atavico solo disturbado ahora por el sonido del televisor siempre encendido, que les volvia a contar lo rapido ques el guepardo. En el rincon oscuro se vivia el momento conteniendo la respiracion, sumergidos en la piscina de la tension acumulada.

- "Hombre Chato, contigo queria yo hablar..." y antes de que Gerineldo pudiera continuar fue interrumpido.

-"Coño Golfinguer!, no me habia percatado, anda pero si estan ahi tambien los del comite, apuntame lo que te deban los señores Jesusin", dijo el Chato con la magnanimidad de un rey el dia de su cumpleaños,

-"y ponles otra rondita de lo mismo que parece que se les ve necesitados", concluyo.

En la mesa del rincon, Manolo, el Chalton Geston y el Boceto parecieron alcanzar la superficie, soltando resoplidos de alivio e inspirando grandes bocanadas de asombro. En la barra Gerineldo ni se habia inmutado, manteniendo el balanceo sincronizado del palillo de lado a lado del carrillo. Se subio el pantalon, algo caido, y dijo sacando pecho:

-"que menterado de que andas tu por ahi matando Chatin", un brazo apollado ahora en la barra, el otro en la cintura donde, de haberla tenido, estaria la culata nacarada de su magnum cuarenticuatro.

- "Es eso cierto?", la mirada supergen, fijada en los ojos del contrario como lentes de contacto.

Este miro de reojo al rincon y volvio a los ojos de Gerineldo para contestar,

- "veo que ya te han estado cantando los tres tenores", prosiguio a remover con el palillo laceituna en su copa de cristal.

En la television las voces del documental habian callado, Jesusin, pertrechado tras la puerta de la cocina habia bajado el volumen del receptor, el guepardo acababa de capturar una gacela Tomson y las hienas se apresuraban a arrebatarsela. Igualito que la vida real, penso.

- "No sabia que tenias la contrata en exclusiva, Golfinguer, de todas formas no hay problema que no podamos arreglar...", en las palabras del Chato se podia atisbar la chuleria del que sabia idiomas, desafiante aunque sin llegar a desafiar.

-"Mucho me temo quen este barrio solo hay sitio para un maton a sueldo", dijo Gerineldo alzando la mano del cinto para volver a hurgarse el oido interno.

- "Pues algo habra que hacer...", replico el Chato sin parar de remover. Ya habia decidido que no se iba a beber aquella mierda y no entendia como Lleims Bond podia hacerlo, saco laceituna sin hueso del vaso y se la llevo a la boca al mismo tiempo quel silencioso local se veia ahora invadido por el estruendo de la maquina tragaperras que con musica de los pajaritos anunciaba que a la mujer del Serafin le habia tocado laspecial. Golfinguer no lo dudo un instante, y, aprovechando el desconcierto creado, lanzo su palillo de la boca con un soplido hipohuracanado hacia la frente del Chato. El proyectil, visto y no visto, lentro por el cristalino izquierdo y no paro hasta encontrar el nucleo cerebral. Un disparo que si bien certero y letal, no fue instantaneo, el Chato tuvo aun resquicios de vida para armarse su palillo entre los dedos indice y pulgar y con la fuerza de una toba que habria hecho mas de un lobulo sangrar, lo lanzo, ya sin aceituna, hacia Gerineldo,que quizas afectado por el sol ( y su correspondiente sombra), no tuvo tiempo nada mas que de girarse para ofrecer a la afilada punta el blanco facil del orificio de su oido recien liberado de cera por el que penetro con facilidad, atravesando de lado a lado su hipotalamo, haciendole perder el equilibrio, chocando su dentadura postiza en el taburete de formica, partiendose la nuca, sus dientes cuales perlas en pelicula pa listos, rebotando en el suelo de gres, perdiendose entre las servilletas de papel y los huesos daceituna.

Muertos los dos. Uno con la espalda sobre la barra, el globo ocular pinchado, lagrimas de sangre recorriendo su careto, perdiendose al otro lado de la barra del bar. El otro descolocado en el suelo, boquiabierto en canal, los ojos todavia mirando, como mostrando su incredulidad al ver que la mujer del Serafin seguia dando saltos de alegria, agarrandose la faja, con la gracilidad de un Niyimsky de cientoveinte kilos, sin percatarse de lo que alli mismo acababa de pasar.

-"Anda Encarna, veteme a por el saco del serrin", dijo Jesusin resignado, todavia sin pestañear.

En el rincon oscuro fuel Manolo el primero en hablar,

- "Hostia tu...", continuo el Boceto,

- "la quemos liao",

- "ya ves, para una puta vez que nos iban a invitar...", dijo Chalton Geston, todavia mas preocupado por la cuenta que por lo que acababa de pasar.

El Jesusin, que no queria problemas, bajo a los muertos a la bodega. Y cuando estaba abajo entro Lamparo en el bar.

- "Dondestal Golfinguer?, tengo un trabajito para el", pregunto al aire.

Sin tiempo a que nadie reaccionara se levanto el Anorexico del taburete, viendo quizas su ultima oportunidad de ser algo.

-"Yo soy el Golfinguer", dijo, y salio a su encuentro a la puerta del bar, agarrandola del brazo, preguntandola mientras se iban,

-"A quien hay que matar?".

Volvio el Jesusin del sotano, miro al rincon oscuro donde los tres delatores se concentraban para ser invisibles, para no tener que pagar.

-"Lo que os habeis tomado hoy lo va a pagar la casa", les dijo, prosiguiendo, "pero lo que ha pasado de aqui no sale, entendido?", para concluir, "ah!, y no os quiero volver a ver el pelo, puerta!".

Parecia quel Jesusin al dia siguiente seria ya Jesus, el bar ya no volveria a ser el mismo, haria con el lo que siempre habia querido: un Disco-Paf. A la mierda con los viejos pringosos heredados de Jesus padre, todopoderoso, ya habia aguantado bastante, pensaba mientras barria el serrin empapado en sangre, cerrando con llave la puerta del local.
Sono entonces el telefono interrumpiendo el discurrir de sus pensamientos. Tres veces, y tres veces mas.

-"Bar La Cruz", dijo, pues asi se llamaba el barrio, asi se llamaba el bar. No hubo respuesta,

-"Digame!", volvio a intentarlo.

-"No te vas a creer quien era Encarna...", fue a la cocina a comunicar la noticia a su mujer, "era el mismisimo Manolo de Vega, que tras contarme lo de que una vez se lo hizo con Lava Garner, preguntaba por un tal Mariano Reseco, que les habia dado el telefono del bar para que le llamaran a concursar en el No te rias que no tiene gracia".

- "Vaya dia llevamos Jesusin, mi amor, que cruz se nos callo encima con la mierda esta del bar", respondio Lancarna adherida al fregadero sin dejar de frotar, "con lo bien questaba yo en el pueblo cuidando de mis pollos..."

-"Tranquila Encarna, quen dos semanas tienes abierto el Disco-Paf", se dio media vuelta y continuo haciendo montoncitos de serrin rojo con la escoba,

-"Manolo de Vega tronco, vaya dia, hay que reirse por no llorar", se dijo, mientras seguia barriendo intentando evitar salpicarse las zapatillas de felpa, porque si se le manchaban su suegra le habia dicho que se lavaban muy mal.

-"Vaya dia..."