Pis cine

La verdad es que la pobre no se lo esperaba, era un dia mas de lo que parecia una semana mas de un mes cualquiera en su vida de gorda. Como todos los dias habia ido a la piscina municipal cubierta a intentar despojarse del manto de tejido adiposo que la cubria como si fuera un chandal desos brillantes que tanto se llevan en la costa del mar Caspio. Aunque hacia tiempo que sabia que algo con su cuerpo no iba bien, (joder, era gorda pero no tonta, aunque en casa no tenia espejos se habia visto reflejada mas de una vez en el escaparate de la pasteleria de su barrio), no hacia mucho que habia sido diagnosticada con obesidad morbida. Fue el mismo especialista el que, tras explicar que lo de morbido no es que le dieran morbo las gordas (que tambien) sino que se podia morir ipsofacto si no hacia algo, le receto un bono de diez baños. Como siempre desde que aprendio a nadar se afanaba en conseguir terminar por lo menos un largo. Como siempre tambien los putos crios la intentaban sabotear tirandose a bomba a su lado, como el color del agua, tambien asulado. Como siempre ella seguia nadando, ignorandolos, para eso se habia comprado su gorro de flores, para que no la estropearan el moldeado, para eso se ponia los tapones de cera en los oidos, para no oir sus insultos despiadados. Hasta que como siempre pasa en estos casos, algo dejo de ser como siempre...

En un instante, de la algaravia del bombardeo se paso al silencio acusica. Paqui se dio cuenta en seguida que pasaba algo raro, no solo se percato de la falta de ruido sino que ademas noto unos pinchazos en el culo que achaco inmediatamente a no haber estirado como le habian recomendado. Le quedaba menos de un tercio de piscina y siguio nadando, iba ya por donde cubre y un tiron de mierda no iba a impedir que consiguiera su objetivo. De repente empezaron las risas, luego los dedos apuntando, acto seguido los canticos:

-"Sameado! sameado!", decian los chavales mientras seguian por el bordillo cada una de sus esforzadas brazadas.

Llego al final de la piscina, resoplo cual cachalote (lo siento Paqui, pero es ques pa verte) y se agarro con las dos manos, mirando incomprendida porque seguian cantando y señalandola, un grupo que iba creciendo en tamaño. Siguiendo un dedo indice miro el agua que la rodeaba, entonces creyo morir del asco.

Debian ser verdad los rumores que habia oido hacia poco en los vestuarios. Los del ayuntamiento, hartos de que la gente la usara para aliviarse, habian echado un producto quimico que se volvia rojo cuando uno se meaba. El caso es que ella en su afan por terminar el largo haciendo caso omiso a los pinchazos no recordaba haberse meado. Quizas del esfuerzo, penso, cada vez mas aturdida.

Volvio a mirar a los que la increpaban, gente que ya no era gente, sino una masa borrosa como un bicho con tentaculos, apuntando, increpando, insensibles, insensatos. No sabia que hacer, alli, en medio de aquel chapapote color castillo de Gredos. Se le ocurrio que si no se habia meado aquello solo podia ser una cosa. Sangre. Abrio entonces los ojos como si la hubieran enculado, a partes iguales sorpresa por pensar que desde que paso de los 150 kilos no le venia la regla y dolor porque seguian los pinchazos. Pese a abrir tanto los ojos ya no veia el espectaculo de los que veian el espectaculo. Pensar que podia haber bajado de 150 kilos la lleno de emocion y la dejo durante unos segundos con la mente en blanco. Hasta que oyo el silbato del socorrista que intentaba dispersar a la multitud. Entonces la entro el panico. Pese a que no habia visto la pelicula, porque a ella lo que le gustaban eran las comedias romanticas, se sintio como Carrie.

Agarrandose al bordillo consiguio llegar a la escalerilla, alli el socorrista no podia disimular su cara de arcada al tenderla la mano. Agarro con fuerza las barras y de un tiron subio los tres peldaños, creando un chunami de agua convertida en vino (anda mira, como el del cuento!!). Los alli congregados gritaron. Las risas cesaron. Algunos corrieron despavoridos, otros, los mas, se taparon la boquiabierta con la mano. se apartaron un poco y siguieron mirando. Paqui dio un paso firme sobre el suelo mojado, se resvalo y cayo como cuando se le cae a un niño un helado, sin avisar pero no porque no se lo habian avisado. Se miro instintivamente el culo todavia dolorido por los tirones y vio que entre sus nalgas asomaba algo raro.

Era un medio pez, vivito y coleando!! Solto entonces el alarido del terror atavico. Seria posible que de tanta piscina estubiera pariendo un pescado?, penso. Se le vino a la cabeza la pantalla del mobil con el mensaje con el que su novio la habia dejado: "k t foye 1 pez", no podia ser... se desmayo.

No sin problemas (conseguir voluntarios para levantar la camilla no fue moco de Pavel), al poco rato se la llevo lambulancia. Nino, nino, nino, bravo!! la sirena que se lleva a la sirena. A parte de la conmocion y la gente todavia tiritando, Paqui dejaba tras de si un gran charco de sangre y una piscina vacia en la quel agua volvia a recuperar poco a poco su color asulado.
A su lado, un apestado policia de atestados de paisano acordono la zona con los cordones de sus propios zapatos y comenzo a hacer las pruebas periciales pertinentes (iba a decir pezquisas, pero incluso yo tengo un limite) para saber de donde cojones habia salido esa piraña.

De camino al hospital Paqui se desperto, le comentaron que habia pasado en realidad y sonrio pensando en que dentro de lo malo, entre lo que habia perdido de sangre y lo que se le debia haber comido el bicho habria perdido por lo menos cinco kilos, puede que incluso suficiente para que su obesidad ya no fuera morbida, para volver a ser simplemente obesa. El enfermero se la quito como pudo de los labios (y es que ya se sabe que la obesa cuando besa es que obesa de verdad o no besa...) y la inyecto un calmante.

-"Toma, paquiderma, paque duermas", dijo. Y Paqui durmio.

Ese mismo dia por la noche aparecio la noticia en el telediario regional justo antes del perro que sabia hacer winfirsun.

Y es que hace falta ser perro (ques a lo que iba).

2 comentarios:

Pedro dijo...

Lo que me he podido reir hasta que me han entrado las arcadas y luego la risa tonta...

Jezabel Montenegro dijo...

Ohhhhhh, peroperoperopero... me ha encantado! me ha gustado un ovario y parte del otro! Creo que hoy serás mi frase del día, con tu permiso ( y sin él, también) Besazo